Pedimos la extradición de Timothy Alan Livingston para que enfrente la justicia Colombiana.

En un dramático giro de eventos que ha capturado la atención de la nación y más allá, el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, reveló durante una tensa conferencia de prensa los preocupantes detalles de un caso que involucra a Timothy Alan Livingston, un ciudadano estadounidense. Según Gutiérrez, Livingston fue descubierto en un hotel local en circunstancias alarmantes, acompañado de dos menores de edad. Este escándalo salió a la luz gracias a una denuncia anónima y ha desatado una tormenta de preocupaciones y críticas hacia las prácticas de las autoridades.

A pesar de que Livingston fue detenido brevemente por la policía, su posterior liberación ha suscitado un acalorado debate sobre la eficacia de la justicia y la protección de los menores en Colombia. Gutiérrez, visiblemente frustrado, argumentó que Livingston, de 36 años, debería ser acusado formalmente por explotación de menores, denunciando que el sospechoso podría incluso haber huido del país.

Mientras los medios locales y CNN buscan corroborar estos detalles y el curso de acción de las autoridades, la situación de las menores involucradas añade una capa más de urgencia al caso. Están siendo atendidas en clínicas, recibiendo cuidados médicos necesarios después de su traumática experiencia, lo que subraya la gravedad del asunto.

El general José Luis Ramírez Hinestroza, de la Policía Nacional, explicó que la liberación de Livingston se justificó por la falta de un delito flagrante en el momento de la captura, aunque aseguró que tanto la policía como la fiscalía están comprometidas en llevar adelante una investigación exhaustiva. Se espera que esta culmine en la emisión de una orden de arresto contra Livingston.

En un notable acto de reprimenda, la procuradora general, Margarita Cabello, ha iniciado procedimientos disciplinarios contra los oficiales que decidieron liberar a Livingston, criticando duramente la falta de un proceso judicial adecuado. Este incidente no solo pone de manifiesto los retos que enfrenta Colombia en la protección de los menores y el manejo de casos de explotación infantil, sino que también llama a una necesaria y urgente colaboración internacional para asegurar que se haga justicia y se proteja a los vulnerables.